Ella no sabe (infatuación)…

Ella no sabe (infatuación)…

Él, cierra sus ojos y la ve, la piensa y la vive a flor de piel, pero ella no sabe. Se queda en silencio y respira, se mira al espejo y recuerda su rostro, mira a su alrededor y capta su esencia. Se alimenta de sus palabras, observas sus gestos, escucha su risa y vigila su espacio. Se infunde en ella y describe su piel, se ata a su forma y disfruta su pelo, la admira con todo lo que tiene en su pecho y persigue con cuidado el movimiento de su sombra.

Pone sus pies en el camino de sus recuerdos y la lleva hacia el lugar más escondido de su timidez. Sin haberla tenido, la extraña con el alma y la busca con ansias en el espacio que queda entre su ayer y su hoy. Dibuja sus pestañas en las palmas de sus manos y no puede contar las veces que ha querido acercarse a sus pupilas. Se inspira en su ser, y entona canciones, y escribe, y piensa, y sueña. Muere por asir sus manos, caminar a su lado y mirarla a los ojos sin restricción alguna, muere por tenerla cerca, aún sea sin hablar, sin tocar tema, sin decir nada.

La ve pasar y el universo se reduce al espacio en el que cabe su silueta. Observa su mirada y ve en sus ojos la perfección del sol. La ve caminar y hace eco del sonido de sus pasos, la ve sonreír y sus rodillas tiemblan. Se inclina a oler su esencia cuando alcanza su saludo y su corazón da saltos al captar su cercanía. La piensa como si quisiera ofrecerle el planeta y toda la alegría que en él se anida, la mira y pretende abrazarla hasta con las fibras del pensamiento. Muerde el polvo cuando la ve alejarse, y sus esperanzas se reducen a un simple “hasta luego”.

Sueña con ella aunque no puede dormir; descansa, come y bebe en su presencia aunque ella siempre ha estado ausente, pero la busca y se da cuenta de que, de su realidad, ella jamás se ha ido. La hace dueña de su presente y de sus días por venir; de sus suspiros, de sus planes y de sus más profundas pretensiones. Le ha entregado sus horas, sus deseos de eternidad, sus perennes esperanzas, y el espectro de su existencia… pero por desgracia, ella no sabe.