Darlo Todo No Garantiza El Amor
En un rincón de una fría ciudad,
donde las sombras danzan al ritmo
de copas y humo errante,
dejé mi corazón desnudo,
y fue abandonado, sin mirar atrás.
Entregué hasta lo que no sabía tener,
puse mi ser en la palma de sus manos,
y de su partida, solo quedó
un eco hueco en mi alma,
un silencio que envolvió mi hogar.
Darlo todo no garantiza el amor;
hay días en que el destino
se viste de engaño y derrota,
y por más que luches con el alma,
el amor, a veces, no responde.
Borges dijo una vez,
que el amor es herida y furia,
una marca que arde,
una cicatriz que nunca duerme,
un llanto que no cesa.
Y aun así, somos necios,
perseguimos el destello esquivo
de ese amor que promete alas,
ese que nos devuelve a los sueños
y nos enciende por dentro.
Hoy camino de nuevo,
con la mirada fija en un horizonte incierto,
esperando que algún día,
sin aviso, el amor vuelva a rozar mi puerta.
Y aunque entregue mi todo,
sé que el amor es esquivo,
seguiré buscando,
hasta que él quiera,
encontrarse, al fin, conmigo.