Si...
Si me regalaras tus ojos y me dieras el permiso para verlos desde cerca, no dudaría en abrir cada una de mis puertas y haría de tus detalles la razón de mi libertad.
Si me extendieras tu mano, y dibujaras con sus líneas caricias en mi rostro, me atrevería a pensar en algo más que un nosotros y una vida entre tus dedos sería mi realidad.
Si quisieras poner a mi alrededor tus brazos y decides descansar tu cabeza en mi hombro, mi corazón saltaría desde lo profundo y un concierto de nuevos sueños nos invitaría a bailar.
Si fuera mi existencia la dueña de tu atención, y mis oídos los dueños de tus “te quiero”; lo imposible arrancaría de lo que escriben mis dedos y de todas las palabras que conoce mi hablar.
Si fuera mía la piel que esculpe tu silueta, y fuese yo aquel sueño que no te deja dormir, seríamos ese encuentro que no desea el partir y nuestra historia el inicio que no conoce final.
Si pusieras tú a mi disposición tu cercanía, y me regalaras parte del pasar de tu tiempo; tú serías sólo tú, pero yo, por un momento, sería el ser más feliz que haya existido jamás.