Soy Una Mezcla de Todo
Soy una mezcla de todo lo vivido, de lo que he probado, de lo que he escuchado y de lo que he aprendido. Me gusta el vino, pero solo a ratos, en ocasiones y en pequeñas dosis. Me atraen las múltiples opciones, en todo y para todo. Amo la libertad y la independencia; no concibo la vida sin ellas. Le huyo a cualquier forma de esclavitud, a cualquier cuerda que pretenda atarme. No soy de ningún lugar; pertenezco a este universo y a todos sus caminos.
Creo en el amor, aunque a veces dudo de él. El placer no es mi motor, ni me importa desear lo imposible.
Para mí, nada se compara al arte. Siento una inmensa fascinación por lo clásico, aunque también me llenan las nuevas historias. La música, la literatura y la poesía son refugios donde encuentro vida… el sonido de la guitarra, el suave susurro del saxo en el jazz, el piano, la percusión, las cuerdas… Disfruto de todo aquello que despierte una emoción en mí, pues las tengo todas a flor de piel. Soy una mezcla de todo lo que siento.
Mi mente es curiosa, y encuentro placer en aprender y en enseñar. Creo firmemente en el acto de dar, dejando el ego y el egoísmo para otro tiempo, quizá para una vida que no sea esta. Busco evitar la superficialidad y prefiero las conexiones profundas y genuinas.
No contemplo una providencia que castiga con dolor infinito por acciones tan efímeras y humanas como equivocarse. Para mí su bondad trasciende nuestro entendimiento; en su inmensidad hay compasión y un amor que no se encoge por nuestras imperfecciones.
Puedo vivir en la carretera, en el aire, en fin, en constante movimiento, descubriendo otras culturas. La naturaleza me llama, especialmente los ríos y las montañas más que las playas; aunque me gusta el sol, no es mi mejor aliado. Aun así, disfruto de ambos paisajes. Puedo estar en silencio por horas, incluso días, porque para mí la vida puede vivirse despacio, sin prisa, solo dejando que la brisa acaricie mi rostro donde quiera que vaya. No necesito hablar, aunque no puedo dejar de escribir.
A veces soy un tanto indeciso, no porque no sepa lo que quiero, sino porque deseo demasiadas cosas y las quiero todas al mismo tiempo. Me veo corriendo detrás del viento, que me impulsa a cambiar y a transformarme. He cambiado tanto con los años que ya no sé quién llegaré a ser. Quisiera decir que soy el mismo de siempre, pero tal vez no lo soy. Soy una mezcla de todo.
No me gustan las muchas cosas; prefiero los recuerdos y las experiencias que permanecen en la memoria sin ocupar espacio, pero llenando el alma. Los animales me producen una inmensa alegría, sobre todo los perros, y uno en particular se ha llevado mi corazón.
Detesto la hipocresía y la falta de valor para hablar de frente. Aborrezco las injusticias. Soy lo que ves; no sé ponerme dos caras. Me cuesta decir que no, pero he tenido que aprender a hacerlo, porque, a veces, por difícil que sea, es necesario.
Me considero un ser bueno. No perfecto, no sin errores, simplemente bueno, si es que eso tiene algún sentido. Si pudiera, salvaría a todos y a todo; sin embargo, a menudo apenas encuentro espacio para salvarme a mí mismo.