Veinte Años...
Veinte años han pasado y me has marcado. Has vertido tus suspiros en el aire y los he atrapado, te he extrañado. Te pensé y viví a tu lado, sin estarlo. Te sentí como si jamás te hubieras ido.
¿Y ahora qué hago?, una vez más te tengo aquí, frente a mí, tan cercana como antes. Como si los años no han pasado y el pasado es presente. Dime, ¿qué hago? ¿Me comporto como el niño que te amaba o no hago caso a la rapidez de mis latidos? ¿Doy espacio a mis sentidos para que quieran tenerte cerca o te evado como he hecho por todos estos años?
Eso me pregunté antes de envolverme en tu abrazo y recordar una vez más a tu mirada en mis ojos. Cuando reíamos como locos por nada y por todo, cuando nos hacíamos tan cómplices que hablábamos con las miradas. No creo en eso de los cuentos de hadas, pero si el destino te ha traído quiero probar contigo si lo que hay en las canciones es cosa que sucede, si no es que una broma del cosmos ha causado nuestro encuentro tras tanto tiempo de no verte y de no saber de ti.
Te veo feliz, te dije, cuando logré soltar tu forma. Me miraste, sonreíste y te metiste en mi espacio, en mis sentidos, como antes. Me envolviste en tu perfume y morí en el instante en que tus brazos sinceros volvieron a abrazarme; una vez más, tú.
Te encuentro de nuevo y pienso que hay muchas cosas que no sé, pero sé, que esta vez no quiero decir adiós. No me importa si aquí te haya traído el destino, no me importa si los daños han marcado tus pasos, yo jamás le puse nombre a lo que pudo ser tu olvido, después de veinte largos años igual te quiero a mi lado.