A Primer Paso...

A Primer Paso...

Así comenzaron. Ella pasó a su lado y su paso detuvo su respiración. Mientras las estrellas la vestían de gala en su cadencia puso sus ojos. Le gritó “¡ve despacio!” Ella como si nada siguió su camino y sonrió. Esa fue la señal para él, aunque del lugar, la de él no fue la única cabeza que volteó.

Ella se hizo la presa, él un cazador clandestino que sale al camino a buscar lo que ofrece el espacio. Otra vez gritó “¡espera!, sé que no eres de esas, yo tampoco soy de esos, pero creo que esto es amor. Está bien, exagero, lo sé, te invito a un café y hablamos un rato.”

Ella le siguió ignorando, pero en sus mejillas notó su expresión y vio que la delataban sus hoyuelos. Una nueva señal para él. “No soy de insistir, no lo voy a negar, ni siquiera sé lo que es un anzuelo. Así que no te preocupes, no lo voy a lanzar, solo quiero que hablemos, que conozcas al tipo que te vio de lejos y está presto a conocer tu historia.”

“¿No te gusta el café? Pues te invito a un té, Te escucho un momento y, vemos qué pasa.” “¡Te faltan un par de neuronas!” Respondió en tono de juego. Él apreció su voz,  dibujó una sonrisa y le dijo: “no lo voy negar, pero por el destino tú eres la única que lo sabe. ¿Ves? Ya compartimos un secreto y de todo el mundo solo nosotros tenemos la llave.”

Ella sonrió, se detuvo, respiró profundo y preguntó: “¿qué quieres?” “Ya te dije qué quiero,” él le dijo. “Una café o un té y escucharte tan solo un momento.” Y ese fue su acuerdo. Fueron al lugar de las mesas viejas, y al abrir la puerta, el olor del café golpeó sus narices.

Él pintó una sonrisa en su rostro, sacó una silla con su mano izquierda y con su derecha acompañó su reverencia. “Para su majestad”, le dijo. Ella volvió a reír, y sin más que decir se sentó en el lugar para dos que se volvió por siempre su punto de encuentro.

Cuarenta y dos años y tres nietos después me contaba la historia el señor de bufanda roja. Ahí estaban ellos, con un amor de primera. La vio caminar, y dijo para sí, “ya es suficiente, amor, no tienes que pasar de nuevo.”