Halo de Luz

Halo de Luz

Aquella noche dejó de ser sombra, y se convirtió en día, cuando ella emergió como el sol, Iluminando cada rincón con su propio destello. Su voz, como eco celestial resonaba, y mi corazón, ansioso, buscaba la salida de mi pecho, marcando el compás de todas sus melodías. En las sombras de los años, apareció. Como un tesoro inesperado, una estrella única en la vastedad del espacio, una chispa de la galaxia que deslumbra con su presencia.

Allí estaba, como un cúmulo de historias entretejidas con la destreza del verano, colándose en el universo de mis pensamientos como un cuerpo celestial errante. Un clavel atado a un clavo, aguardando el movimiento preciso para liberarse.

Ella concentra toda la belleza en un solo ser: corazón sensible, alma noble, un camino sinuoso que desemboca en un puerto seguro. Su sonrisa no conoce muros, y sus pasos no se apresuran. El mar y el cielo se entrelazan en sus labios, y mil lunas brillan en el vaivén de sus ojos. Mueve mis emociones al ritmo de su humor, capaz de provocar risas y avivar fuegos extintos. Ella es paz, calma, vida; su mirada sana heridas, y es una puesta de sol que me sumerge en la nostalgia de los días.

En su órbita, los pequeños giran como astros juguetones, llenando con sus caras frescas el espacio que la rodea. Los niños son su vida, los cura desde lejos y los mima, les causa un par de alegrías, y puedo ver que los ama, a cada uno por lo únicos que son, a cada con uno con cada letra del amor.

Y yo, guerrero de antaño, me rindo ante los embates de su entera belleza. Como espectador, ansío alcanzarla y caminar a su lado, incluso si ardo hasta extinguirme por su esplendor. Sueño con escuchar su historia de principio a fin, reír sin detenerme, solo porque ella está ahí. Acompañarla en el camino a cualquier parte, y dejar que el arte nos arrope para siempre.

Es un halo de luz, un sueño, es niebla que envuelve todo a su paso y lo hace suyo; hasta el murmullo del viento se calma cuando la ve pasar. Hay una especie de volcán en su pelo, y hasta el hielo de mi corazón se derrite con el peso de las musas que brotan de su ser. La veo y el mundo se detiene; todo a mi alrededor se desvanece. Todo desaparece cuando su luz se manifiesta.