Vivir...

Cuando llegue ese día, quiero estar listo. Quiero ver las luces, los colores, el sol, y caminar sin miedo. Reír de lo simple, viajar sin prisa, respirar con calma, y cantar esas canciones que traen de vuelta los días de mi juventud.

Quiero abrir las puertas que nunca me atreví a tocar. Soltar las palabras que he guardado, aprender lo que siempre quise, ser quien nunca me dejé ser. Dejar atrás las ausencias que provoqué, buscar los sueños perdidos y recordar sin arrepentimientos.

Anhelo permitirme vivir, aceptar los halagos que siempre he rechazado, moverme más allá del tiempo donde me quedé atascado, volar hacia lo imposible, y mirar a los ojos de quienes caminan este breve camino conmigo. Quiero ser para ellos el regalo que sus sonrisas han sido para mí.

Cuando ese día llegue, seré yo mismo. El ruido y las apariencias ya no me afectarán; serán solo sombras que quedaron atrás. Mi única tarea será estar presente, caminar como quien sabe aprovechar el tiempo, y provocar esas sonrisas, esas lágrimas, esos abrazos que nos hacen humanos. Cuando llegue el día de la libertad, seré libre, y la vida misma se alegrará de verme vivir.